Entre los distintos frentes abiertos por la invasión de Ucrania el de la guerra ideológica ocupa una posición esencial. Todos los comentaristas han destacado las habilidades comunicativas del Presidente Zelensky, las campañas de desinformación del Kremlin y su legislación contra la libertad de expresión, y la esperanza que las sanciones y protestas occidentales posicionen la opinión pública rusa contra Putin.

La importancia de las ideas
«Las ideas mueven al mundo, pero no antes de transformarse en sentimientos«, decía el controvertido psicólogo social francés Gustave Le Bon.
Durante años Vladimir Putin ha estado cultivando una visión del mundo que combina el misticismo cristiano ortodoxo con las teorías conspirativas antiamericanas, como señala el periodista ruso Mikhail Zygar, autor del libro “Todos los hombres del Kremlin: dentro de la corte de Vladimir Putin”.
Putin ha tratado de combinar estas ideas con un sentimiento de humillación contra la población rusa ejercido supuestamente por Occidente tras el hundimiento del bloque soviético en 1990 y llamando a recuperar la “Gran Rusia”.
El deplorable papel de la(s) Iglesia(s)
Hay que destacar la connivencia del Patriarca de Moscú de la Iglesia Ortodoxa con Vladimir Putin. La idea de matar en nombre de Dios es probablemente tan vieja como la humanidad, aunque no por ello menos deleznable. La religión ha disfrazado conquistas y luchas de poder como las Cruzadas, las guerras de religión en Francia en el siglo XVI, la guerra de los 30 años en Europa de 1618-48 o cualquier otra “guerra santa”. El último ejemplo es la guerra irano-saudí, “vestida” de rivalidad religiosa entre suníes y chiíes.
Pero las iglesias también han apoyado regímenes dictatoriales y/o nacionalistas, como la iglesia católica española durante el franquismo o buena parte de las iglesias vasca y catalana con sus respectivos movimientos independentistas.
El apoyo del Patriarca de Moscú a la causa de Putin ha desencadenado la fractura con otros Patriarcas Ortodoxos, como el de Kyiv (Kiev), Constantinopla, Rumanía o Polonia. Ha llamado también la atención el tono de bajo nivel adoptado por el Papa Francisco sobre la invasión.
La opinión pública en Ucrania
Mucho se está hablando y escribiendo sobre la evolución de los sentimientos y la opinión pública en un país como Ucrania, con una historia tortuosa y llena de sufrimiento, que durante los últimos veinte años ha estado sacudido por protestas y movimientos sociales de gran envergadura: las manifestaciones masivas de 2000-2001, la Revolución naranja de 2004-2005 y la revolución del Euromaidán de 2013-2014. En todos estos casos se produjeron drásticos vuelcos políticos. En el último caso Putin aprovechó la inestabilidad para invadir y anexionar la península de Crimea.
En las elecciones presidenciales de marzo de 2019 un novel en la política como Volodímir Zelenski barrió en segunda vuelta al entonces Presidente, alcanzando un contundente 73% de los votos. Cuatro meses después su partido Servidor del Pueblo, del mismo nombre que su popular comedia televisiva, alcanzó la mayoría absoluta en el Parlamento.
Su mandato parecía estar condenado a la misma suerte que sus antecesores cuando dos años después las encuestas señalaban un notorio descenso en la popularidad de Zelenski: un 65% de la población pensaba que las cosas en Ucrania iban en la dirección equivocada y más de la mitad no confiaba en él.
Con una opinión pública tan desfondada, Putin debió pensar que era el momento de invadir Ucrania. Su error de cálculo se basaba en esperar una (falta de) reacción similar a la encontrada en la invasión de Crimea en 2014. La realidad es que el pueblo ucraniano ha respondido con el apoyo unánime a su Presidente y la voluntad de defender su país a toda costa, como testimonia una encuesta del 1 de marzo pasado.
Los hechos muestran que un acontecimiento trascendental como es la invasión puede galvanizar a un pueblo entero a pesar de las divergencias de años anteriores.
¿Y qué opinan los rusos?
Según un respetado instituto de opinión en febrero de 2022 el respaldo a Putin estaba en su mejor momento desde mayo de 2018: 71%. Dada la deriva autocrática actual en Rusia, podría pensarse que estos niveles de apoyo no son reales. Pero las comprobaciones metodológicas utilizadas no dan pie a esa sospecha. Otros sondeos apuntan en la misma dirección.
Pero con la misma rapidez que la opinión pública ucraniana ha cambiado de rumbo al reaccionar contra la invasión, se podrían observar cambios similares frente a ocasiones históricas, siguiendo los casos analizados por el economista y sociólogo de origen turco Timur Kuran en su libro “Verdades privadas, mentiras públicas”. De ahí la importancia del tipo de mensajes que dirigir al pueblo ruso, tal y como grabó recientemente Arnold Schwarzenegger: “Tengo un mensaje para mis amigos rusos. La fuerza y el corazón del pueblo ruso siempre me han inspirado. Por eso espero que me dejen contarles la verdad sobre la guerra en Ucrania”.
El próximo post dentro de dos martes, el 12 abril 2022
[…] un post anterior se detalló cómo había evolucionado la opinión pública en Ucrania, debido precisamente a la […]
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