Fuimos los más solidarios…

A pesar de la desinformación sistemática tanto en noticias como en datos… a pesar del penoso espectáculo de descoordinación entre administraciones públicas… a pesar del duro coste en vidas humanas, en particular entre los más vulnerables en residencias de mayores… a pesar del sacrificado trabajo del personal sanitario… a pesar del coste educativo, laboral y económico de sectores enteros… hemos sido el país más (esta vez sí) disciplinado del mundo en el confinamiento en el domicilio y el uso de mascarillas.
…pero hemos tenido una gestión pública irresponsable
El juego interesado entre los partidos políticos -agravando las tensiones entre las CCAA y el gobierno central- desembocó en una dejación escalonada de las obligaciones de unos y otros, provocando un desconfinamiento irresponsable al comienzo del verano. Así lo señala un reciente estudio comparativo de nueve países publicado en la revista The Lancet, que señala al Reino Unido y a España como los países con peor gestión de la pandemia. Otro reciente artículo, esta vez del New York Times, se titula precisamente «La incompetencia de los políticos españoles puede ser tan mortal como la COVID-19«.
Nuestras reacciones post-confinamiento: de la sensación de liberación…
Tras las duras condiciones durante la primavera, la llegada del verano se ha vivido como una liberación, como una recompensa al sacrificio, como la vuelta a la «nueva normalidad«. Todo ello en el mismo contexto de desinformación y de guerra entre unos partidos políticos cuyo campo de batalla sigue siendo los medios de comunicación y los gobiernos central y autonómicos.
…al choque con la segunda ola de la pandemia…
Pero la realidad del Covid-19 ha tornado con mayor virulencia en un escenario mucho más complicado -comienzo del curso escolar, crisis económica, crispación política más aún si cabe- y descubriendo que las contingencias prometidas por las Administraciones Públicas habían quedado en papel mojado.
…a los comportamientos dispares…
Carlos Marx escribió hace más de siglo y medio que…
Los hombres [ahora se diría también «y las mujeres»] hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidos por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado.
El 18 Brumario de Luis Bonaparte, cap.1
Esto es aplicable a nuestra actual situación en la que seguimos sin tener informaciones y directrices claras sobre cómo actuar. Recientemente lo he comprobado yo mismo cuando al preguntar en media docena de farmacias sobre qué tipo de mascarillas utilizar he obtenido seis respuestas totalmente dispares. Pero los ejemplos son continuos desde políticos y tertulianos, canalizados por los llamados medios de comunicación y las redes sociales.
No es de extrañar pues que los comportamientos de autoprotección ante el Covid-19 estén condicionados fuertemente por circunstancias socio-demográficas, tal y como señala un reciente estudio. Por eso antes de culpabilizar a unos u otros, más valdría conocer esas circunstancias y aplicar las medidas apropiadas. No será por falta de guías para ello (ver aquí, aquí o aquí).
…y a la desconfianza
Cuando se forma parte de un grupo social al que los medios de comunicación y redes sociales culpabilizan de la expansión del Covid-19 (jóvenes, mayores, migrantes, etc.) o temen consecuencias negativas (cuarentena domiciliaria o pérdida de actividad económica), la reacción inmediata puede ser el ocultamiento de las conductas o de los posibles síntomas, incluyendo el rechazo a pasar el test correspondiente.
Se alimenta así la espiral de la desconfianza, no sólo respecto a las Administraciones Públicas sino entre grupos sociales diferenciados. Las actitudes sociales negativas pueden ser incluso hacia quienes no lleven mascarilla u otros comportamientos externos. Según un estudio reciente en el Reino Unido, la fractura social derivada de esta dinámica está siendo más profunda que la que generó el referéndum del Brexit.
¿Vacunación?
No hay en España un estudio similar, pero sí conocemos las opiniones sobre una eventual vacunación. En una encuesta realizada para la FECYT, fundación pública del Ministerio de Ciencia e Innovación, sólo un 32% de los encuestados se muestra totalmente favorable a recibirla, el 36% estaría en una posición favorable, aunque con algunas reticencias, y el 23% muestra un nivel de reserva alto. Cifras parecidas ofrece el Barómetro del CIS de este mes de septiembre, cuando (pregunta 7) sólo el 44% dice estar dispuesto/a a vacunarse inmediatamente cuando se tenga la vacuna, frente a un 40% que responde negativamente.
Impacto social diferente del Covid-19 según cada país
En fin, no todos los países han visto su cohesión social afectada por el Coronavirus de la misma forma. Entre 14 países desarrollados una encuesta internacional del Pew Research Center revela que en España el 59% de la población piensa que el país está ahora más dividido que antes de la pandemia, pesimismo solamente superado por los Estados Unidos de Donald Trump.
¿Podemos hacer algo?
Sí.
El próximo post dentro de dos martes, el 13 octubre 2020