El mercado de la electricidad en España está sumido en una tormenta perfecta de sinsentidos encadenados: calentamiento global, mercado mayorista, mercado minorista, derechos de emisión de CO2, franjas horarias, factura de la luz incomprensible o que simplemente no llega…
Analicemos cada cosa una por una.

El mercado mayorista ¿es de verdad un mercado?
Durante los últimos meses los medios de comunicación nos han mantenido en vilo con el precio diario del megavatio-hora (MWh) en el mercado mayorista.
¿Qué es?
El mercado mayorista es el punto de encuentro entre los productores de electricidad y los compradores mayoristas de la misma y del que sale el precio del megavatio-hora (MWh) para el día siguiente.
En el mercado mayorista de la electricidad hay un solo producto: megavatios-hora (MWh). Según la tecnología empleada el coste de producir los MWh es diferente e, inicialmente, llega a este mercado con precios distintos. Con tecnologías como la eólica o la solar, que no necesitan un gasto en combustible, los MWh llegan a precio cero. A partir de ahí, y para cubrir la demanda prevista, se van añadiendo MWh de otras fuentes (nuclear, hidroeléctrica), cuyos precios de partida van subiendo hasta llegar al más elevado que corresponde al producido en las centrales de ciclo combinado. Todos esos MWh componen la cesta de compra-venta de ese día.
Un precio tramposo
¿Cómo se fija el precio del MWh en ese mercado? El precio, llamado de casación, es el que corresponde a la fuente de energía con el coste mayor de entre toda la oferta que se presenta ese día. Basta que el último MWh provenga de una central de ciclo combinado para que el precio de TODOS los MWh de ese día se vendan al precio de aquél. Éste es el sistema adoptado en 2012 por 19 países europeos siguiendo un modelo de “mercado marginalista”, basado en la teoría económica de la utilidad marginal, teoría duramente criticada por un número creciente de economistas (por ejemplo Mariana Mazzucato, en su libro “El valor de las cosas. Quién produce y quién gana en la economía global”). Incluso la presidenta de REE, organismo que opera este mercado, reconoce ahora que el sistema es “ineficiente”. Y mientras tanto el precio del MWh sigue a niveles estratosféricos.
¿A quién echar la culpa?
Primer sospechoso: las centrales de ciclo combinado
Estas centrales utilizan como combustible el gas, cuyos precios internacionales se han disparado debido a varios factores: menor producción, caída de reservas, incremento de la demanda en particular de China (primer contaminador mundial) y manejos geo-estratégicos como los de Rusia con el suministro a Europa por medio de Gazprom o las posibles consecuencias del conflicto Marruecos-Argelia para el suministro de gas a España; etc.
Además, al ser el gas natural causante del “efecto invernadero” estas centrales tienen que pagar derechos de emisión del CO2 en un mercado sujeto a una fuerte especulación y precios disparados. Estaría bien que quien contamine pague más… si no fuera porque esos costes se trasladan íntegros a la factura de los clientes finales.
Manipulando la composición de la oferta
Pero las centrales de ciclo combinado aportan un volumen reducido de MWh del mercado mayorista, aunque siempre forman parte del mismo. ¿Cómo es posible? Manipulando el volumen procedente de las centrales hidroeléctricas, tal y como revelaba el diario Cinco Días. Operaciones como las de Iberdrola en los embalses de Ricobayo (Zamora) y Valdecañas (Cáceres) han desatado la voz de alarma. No parece algo nuevo. Así los productores de energía venden a precios de centrales de ciclo combinado lo que producen a coste (casi) cero en nucleares, eólica e hidroeléctricas.
¿Por qué lo llaman mercado cuando quieren decir… “yo me lo guiso y yo me lo como”?
Al oligopolio de los productores de electricidad (Endesa, Iberdrola, Naturgy, etc.) corresponde las principales comercializadoras que compran en ese mercado mayorista y que… son filiales de aquéllas. Es cambiarse el dinero de un bolsillo al otro. Cuando el precio mayorista sube sólo sufren las comercializadoras independientes y, por supuesto, los clientes finales particulares cuya factura está en relación directa o indexada con el precio mayorista.
Nuestro país sufre el oligopolio más duro de Europa. Así un reciente estudio de la Comisión Europea señalaba a España como el país con mayor número de barreras a la competencia en electricidad.
Todavía hay más: las ventas bilaterales
Pues bien. Ni siquiera las comercializadoras propiedad de las grandes eléctricas pagan al MWh al precio fijado diariamente, sino muy por debajo. Son los llamados contratos bilaterales, al margen del mercado mayorista. Como cuenta el diario Cinco Días el 76% de lo que Endesa produce se lo vende a su propia comercializadora a unos 50 euros/MWh, Iberdrola hace lo propio con la suya a 75-80 euros/MWh, la mitad del precio oficial.
¿Puertas giratorias? ¿Sánchez-Galán y el caso Villarejo? Suficiente por hoy.
El próximo post dentro de dos martes, el 12 octubre 2021.