Respeto al mundo rural

De pronto la “España vaciada”, las explotaciones agrícolas y ganaderas o “el mundo rural” ocupan titulares en los medios de comunicación, son tema de debate-espectáculo en las tertulias televisivas y se utilizan como armas arrojadizas entre los líderes políticos.

La última polémica prefabricada gira en torno a la “macro-granjas”, aprovechando el tirón mediático antes apuntado y, sobre todo, la proximidad de las elecciones autonómicas en Castilla y León.

Desfiladero de La Hermida (Picos de Europa), mayo 2017

​Cómo cocinar un “problema” político

No entraré en los detalles de la polémica sino más bien en los ingredientes que se han aportado a la misma.

  • El primer elemento utilizado ha sido cambiar la discusión de ideas por un choque entre personas, en este caso en torno a la inenarrable figura del ministro de Consumo Alberto Garzón.
  • El segundo elemento es acentuar al máximo el carácter emocional del enfrentamiento: ya no es un problema económico o de calidad de la carne sino una afrenta al país -declaraciones a un medio de comunicación extranjero, The Guardian,-; un atropello a los pobres viejecitos del mundo rural y vaciado; etc.
  • El tercer elemento es la simplificación de los términos del debate: la crítica a las macro-granjas se convierte en un ataque al mundo rural en su conjunto, como si fuera un bloque uniforme, que sólo encuentra “defensor” en Pablo Casado (PP).
  • En fin, todo esto se tiene que traducir en un choque partidista en las trincheras: los neo-pijos de izquierdas y pseudo-ecologistas de Unidas Podemos frente a los nuevos Robin Hood rurales del Partido Popular.

​Lo que de verdad se juegan…

En realidad, el porqué de todo este “problema” hay que buscarlo en el hecho de que estamos inmersos en una doble campaña electoral.

A corto plazo las elecciones autonómicas en Castilla y León son el escenario de la aparición de varias candidaturas de la “España vaciada” que podrían restar votos en particular al Partido Popular, precisamente cuando este partido intenta convertir esa convocatoria electoral en el punto de inflexión de su forcejeo con el PSOE.

A medio plazo, el enfrentamiento entre Unidas Podemos (UP) y el Partido Popular (PP) restaría protagonismo al PSOE en beneficio de UP y PP, pues al fin y al cabo estamos también inmersos en la casi permanente campaña electoral para las generales de dentro de dos años. De ahí la situación incómoda de los socialistas y el enfado de su ministro de Agricultura.

​…y de lo que no hablan

Pero si se quisieran abordar de verdad los problemas del mundo rural habría que empezar hablando de la desaparición de los servicios básicos (escuelas, centros médicos, bancos, etc) o del brutal encarecimiento de los costes de producción de las explotaciones agrícolas y ganaderas. Pero todos los partidos pasan por esos temas como sobre ascuas, a pesar de las protestas populares y el malestar ciudadano.

Pero hay más.

​El segundo asalto al mundo rural

Cuando Carlos Marx en su obra central El Capital analizaba el paso de la agricultura al capitalismo industrial señalaba que “todo progreso, realizado en la agricultura capitalista, no es solamente un progreso en el arte de esquilmar al obrero, sino también en el arte de esquilmar la tierra” (Tomo 1, cap. XIII).

En la actualidad asistimos a una revolución que está transformando el sector primario (agricultura, ganadería y pesca) no en beneficio de la población rural o los trabajadores de estos sectores sino más bien a costa de ellos, yendo hacia “una agricultura sin agricultores«.

​Políticas medio-ambientales contraproducentes

A este asalto no son ajenas las muchas veces torpes y contradictorias políticas medio-ambientales que se están desplegando en Europa y en particular en España. Como señala por ejemplo un reciente informe del BBVA “la tributación medioambiental en España parece seguir un objetivo más recaudatorio que desincentivador de las conductas contaminantes. Así, los sectores que más contaminan no siempre son los que más pagan”.

En idéntico sentido las mega-instalaciones fotovoltaicas y eólicas invaden los entornos rurales ignorando su negativo impacto en el paisaje, en la economía rural y en la biodiversidad. Tampoco se escapa de la invasión el entorno marino.

​Del mundo rural al turismo (¿rural?)

Haciendo senderismo hace unos años nos disponíamos a recorrer la conocida Ruta del Alba del asturiano Parque Natural de Redes. La temporada turística había acabado y éramos los únicos “turistas” ese día. Al atravesar Soto del Agues la aldea de partida de la Ruta, una “paisana” menudita, entrada en años y algo encorvada salió de una de las casas, toda vestida de negro y calzando sus madreñas (los llamados zuecos en otras regiones).

La imagen era sorprendente para unos “urbanitas” como nosotros y una amiga que nos acompañaba me preguntó: “¿Ha salido vestida así por nosotros?” Sentí lo alejados que estamos del mundo rural y cómo la vía de aproximación pasa necesariamente por el respeto.

El próximo post dentro de dos martes, el 1 febrero 2022

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Paradojas electorales

De vez en cuando los medios de comunicación nos sorprenden con titulares como éste:

Colau ganaría hoy las elecciones en Barcelona siendo la quinta líder mejor valorada”

¿Cómo es posible que habiendo cuatro candidatos mejor valorados que ella, los pueda superar en unas hipotéticas elecciones? Como es habitual, hay un conjunto de elementos que se combinan para dar ese resultado.

​Polarización a favor y en contra

En las encuestas que piden la opinión sobre los líderes políticos se suele preguntar si se les conoce o no y en caso afirmativo valorarlos con una escala que va de 0 a 10. Y cuanto más conocido un líder más se polarizan las opiniones. Así Ada Colau obtiene un 47,3% de “aprobados” -segundo mejor porcentaje de todos los líderes- y un 48,8% de “suspensos”, lo que arroja una media penosa. Los demás líderes pasan “más desapercibidos”, lo que les proporciona menos seguidores (“followers”) pero también menos detractores (“haters”).

​¿Gobernar para todos?

Aunque se proclame hipócritamente que se va a “gobernar para todos”, la realidad es que quien gana unas elecciones lo hace con la calculadora en la mano, con objeto de conseguir en el Parlamento de turno una mayoría simple de votos favorables para sus propuestas.

En mi opinión los representantes políticos deben negociar y alcanzar acuerdos. Pero limitarse a conseguir la mitad más uno de los votos es en el mejor de los casos gobernar para un escaso 50% de la población. Casi nunca se llega ni siquiera a ese porcentaje, debido al sistema de asignación de escaños basado en el Sistema D’Hondt que suele favorecer a las candidaturas mayoritarias.

Pero además, quien gobierna así acapara para los suyos no ya el 50 sino el 100% de los cargos públicos a dedo, las subvenciones para sus entidades afines y otros cuantos beneficios que se suman a la propia victoria electoral.

En el caso de Ada Colau la opinión sobre su gestión ni siquiera llega al 50% de aprobados, pero la aritmética de los escaños que podría conseguir cada candidatura electoral probablemente le permitiría seguir gobernando “para todos”. No es el único caso. Por desgracia el rodillo parlamentario -imponer la mitad más uno- es un viejo conocido de nuestro régimen legislativo y practicado sin distinción de color político.

Como cantaba el grupo musical ABBAEl ganador se lo lleva todo” (The winner takes it all).

​El mercado electoral: albaricoques o melocotones

¿Qué podemos hacer los ciudadanos de a pie? El instrumento habitual que tenemos en nuestra mano es la papeleta de votación. Pero la demanda democrática se estrella contra la oferta de alternativas políticas, ninguna de las cuales ha mostrado el menor interés por gobernar para más allá del 50% de los votantes.

Añádase que las listas electorales, cerradas y bloqueadas, son confeccionadas por la mano de hierro de la cúpula de cada partido y que quien gobierna escoge el momento para llamar a las urnas, según sus propios cálculos demoscópicos. En realidad no elegimos: votamos a los que otros han elegido. La alternativa está entre “albaricoques o melocotones” y si no nos gustan ni los unos ni los otros alguien ajeno pondrá en nuestro carrito de la compra la fruta que toque.

Sobre formas complementarias de participación electoral como la convocatoria de un referéndum, ya señalé en otro lugar el tremendo margen de trilerismo que brinda para quien lo convoca… cuando le interesa convocarlo.

​La España vaciada: ¿nectarinas en Castilla y León?

El enésimo ejemplo de manipulación electoral lo tenemos en la convocatoria anticipada a las Cortes de Castilla y León. Con gobiernos del Partido Popular desde 1987, el adelanto es un intento por parte de éste de marcar tendencia electoral”, que compense su continua pérdida en intención de voto y pensando en las elecciones de 2023 que se acercan. De hecho estamos en campaña electoral continua, como una forma de distraer de los problemas que el país tiene por delante.

Castilla y León reúne a muchas de las provincias incluidas en el movimiento de la España Vaciada. Esas provincias son, por su demografía y por el sistema de circunscripciones electorales, las que requieren menos votos para conseguir cada escaño. Y por su reducido número de escaños, las que acentúan más la desproporción entre partidos mayoritarios y minoritarios. En definitiva la base ideal del bipartidismo.

La paradoja es que esas “cómodas” provincias para los grandes partidos han salido respondonas. Las primeras reacciones no se han hecho esperar. Pablo Casado, líder del PP, ha calificado a la España Vaciada como “marca blanca del PSOE”. Como viene siendo la tónica en nuestro mercado electoral se opta por denigrar la opción contraria, o que amenaza con quitarnos votos, antes que realzar la opción propia.

El 13 de febrero las urnas emitirán su veredicto. Pero ese día no se acaba la cuestión. Las carencias de nuestro sistema democrático-electoral siguen presentes.

El próximo post dentro de dos martes, el 18 enero 2022