Ucrania… otra vez

En Europa tenemos dos guerras

Los medios de comunicación parecen haberse hartado de hablar de la invasión de Ucrania. Ya no es noticia o está desplazada por la otra guerra a nuestras puertas: la de Oriente Medio.

Pero la realidad es que la situación en Ucrania está empeorando por días. Además ello provoca tensiones internas a la hora de reclutar nuevos soldados para mantener los combates en el frente. La imprescindible ayuda de Estados Unidos se hace esperar, habida cuenta de la resistencia del Partido Republicano, dirigido de facto por Donald Trump.

La segunda guerra es la que va subiendo grados en Oriente Medio, a partir de la masacre de Hamas el 7 de octubre pasado, la respuesta salvaje y sin sentido del gobierno de Netanyahu, la apertura de un nuevo frente con Iran…

¿Nos importa? ¿Nos afecta?

Por lo visto es algo que no tiene nada que ver con España. Pero el Primer Ministro de Polonia, Donald Tusk que recientemente ganó las elecciones al ultraconservador Mateusz Morawiecki, no opina lo mismo:

Estamos en una época de preguerra. No exagero. Cada día es más evidente. No habíamos vivido una situación así desde 1945. En el último Consejo Europeo mantuve una interesante discusión con el presidente español, Pedro Sánchez. Nos pidió que dejáramos de utilizar la palabra guerra en las declaraciones. Argumentó que la gente no quiere sentirse amenazada de esta manera, que en España suena abstracto. Le respondí que en mi parte de Europa la guerra ya no es una abstracción y que nuestro deber no es discutir, sino actuar y prepararnos para defendernos”. (Efe, 24 marzo 2024)

Quizá en España suene abstracto hablar de guerra, pero la anterior Ministra de Economía con Pedro Sánchez –Nadia Calviño– nada más asumir la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) señaló que “debemos reforzar a la industria europea de defensa y nuestra capacidad disuasoria”. En esta línea el BEI ha anunciado hace pocos días que eliminará obstáculos para financiar a la industria de defensa europea.

En idéntica dirección Hanno Pevkur, Ministro de Defensa de Estonia, una de las tres repúblicas bálticas que más están notando la presión bélica de Putin, declaró la semana pasada que “una pérdida de Ucrania, que podría ocurrir muy pronto si no llegan las armas estadounidenses, intensificaría los esfuerzos rusos para desestabilizar a los gobiernos de los países de la OTAN y aumentaría el gasto en defensa en toda la alianza, entre otros efectos desastrosos”. Por eso Europa ya está planificando lo que sucederá si Ucrania pierde. Y es algo feo.

¿Suena abstracto? Las voces en Europa que señalan la necesidad de que gane quien gane las elecciones presidenciales de Estados Unidos la UE no tiene más opción que apuntalar su defensa colectiva no dejan de multiplicarse.

¿Y de quién hay que defenderse? Algunos están bastante más cerca de lo que podría parecer. Vladimir Putin tiene un abanico de amigos en Europa Occidental, como el ex-canciller alemán Gerhard Schröder (a sueldo de la empresa de gas rusa Nord Stream 2 AG) o diversos partidos de extrema derecha en Alemania, Italia o Vox. Eso sin contar con su más firme aliado: Donald Trump.

¿Y qué estamos haciendo en España?

Sonroja que con esta delicada situación mundial y en particular europea nos estemos dedicando a nuestra particular guerra fría que se va calentando por días, al menos de cara a la galería. Como leemos en el diario El Mundo PP y PSOE convierten las comisiones de Koldo en una «guerra fría» con visos de «acabar descafeinada».

Ya sabemos para qué sirven las “comisiones”, parlamentarias o no. A Napoleón Bonaparte se le atribuye la frase: “Si quieres que algo sea hecho, nombra un responsable. Si quieres que algo se demore eternamente, nombra una comisión”.

Georges Clemenceau, primer ministro durante la Tercera República francesa, abundaba en lo mismo: «Si quiere usted enterrar un problema, nombre una comisión»

En los medios de comunicación afines a ambos partidos se seguirá hablando de estas comisiones mientras el tema sirva para denigrar hasta el hartazgo al otro, ya que estamos en periodo -parece que permanente- electoral. Tales comportamientos partidistas minan desde dentro el edificio democrático, algo que por lo visto no importa: como la culpa la tiene el otro…

Mientras tanto los problemas reales continúan creciendo en España. Hace pocos días el ex-ministro socialista Jordi Sevilla ponía el dedo en la llaga en un tema como el de la vivienda: “¡construyan pisos, no solo anuncien en campaña que lo van a hacer!”, escribía.

Éste no es más que un ejemplo. En futuras entregas se abordará la evolución de la situación económica (no sólo del PIB, sino más allá), la precariedad laboral de las generaciones jóvenes, la ineficacia -conocida y consentida- de los programas de ayudas para la población vulnerable, la opacidad de las administraciones públicas…

El próximo post dentro de dos martes, el 30 abril 2024

2 comentarios en “Ucrania… otra vez

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